Miles de activistas extremos abandonaron toman en el centro de Londres | Internacional

Miles de activistas extremos abandonaron toman en el centro de Londres | Internacional

Este sábado, en el centro de Londres, ningún componente del liderazgo intimidante que siempre se manifiesta en la ultraderecha británica ha fracasado. Un individuo con el cráneo afeitado y cruces tatuadas en el bíceps se apoya sobre su espalda, aferrándose con sus dos brazos a la dura cadencia dorada que sujetaba a un perro pitbull, un amasijo de músculos y puños. Flotan las banderas de Inglaterra, de fondo blanco y con la cruz roja de San Jorge, la favorita de la extrema zaga. Irán fue despreciado por sus hermanos ingleses y nostálgicos ShaReza Palhevi. Más que una lección de las bandas israelíes. Pero sobre todo los tatuajes, los escotes, las miradas desaciantes y las cartas que proclaman a Jesucristo como único rey.

“Tommy, Tommy, Tommy Robinson”, gritaban los kilómetros de los convocados este sábado en la plaza del Parlamento, cerca del Palacio de Westminster, en el centro de Londres. Coreaban el nombre del único ausente. El líder ultraderechista inglés, de 41 años, cuyo nombre real es Stephen Yaxley-Lennon, fue citado por la Policía Metropolitana a la sede policial de Folkestone. A la espera de varios casos en su contra ―como las lesiones sufridas contra un refugiado sirio o su negativa a permitir el acceso a su teléfono móvil en virtud de la Ley Antiterrorista―, las autoridades han aplicado rigurosamente la opción de las medidas cautelares ante su enfrentamiento con un juez previsto para El próximo lunes: Robinson permanecerá encerrado durante todo el fin de semana, evitando así su presencia en la manifestación en el centro de Londres.

Una pantalla gigante con la tribuna de Tommy Robinson este sábado en el centro de LondresChris J. Ratcliffe (REUTERS)

A un lado de la avenida Whitehall, donde se concentra el poder político del Reino Unido -la residencia del primer ministro, en la desembocadura de Downing Street, y ministros distinguidos por ambas aceras-, se desarrolla la manifestación de la ultraderecha, con un escenario en el que un guitarrista envuelto en la bandera del Reino Unido y dos cantantes de maravillosa tonalidad, intentaron amenizar a los manifestantes con una versión irregular del Tierra de esperanza y gloria.

El recuerdo de los disturbios de la final de julio, cuando se produjo la violencia de la ultraderecha en las calles de varias ciudades británicas, fue acogido por las autoridades de Londres y la Policía Metropolitana para extremar precauciones este día. En las calles adyacentes al Parlamento, furgonetas policiales y agentes de la policía montada mantuvieron la vigilancia desde primeras horas de la mañana.

Además, mayor de las congregaciones, décadas de policías, con guardias reglamentarias, pero sin casco, monitoreaban todo lo que sucedía. Metros y metros de valles metálicos portátiles cortan el acceso a la zona, pero sobre todo separan el acto de ultraderecha del acto antifascista y antirracismo que celebramos en el otro extremo de Whitehall. Sus organizadores habían convocado previamente a “tomar las calles” y ya estaban iniciando en Cabo “una manifestación antifascista lo más multitudinaria posible”.

Los números de la manifestación antifascista superaron a los de los ultras seguidores de Robinson. Un enorme cartel que decía “Paremos a la ultraderecha. Plantemos queridos por el racismo”, caminó por las calles de Londres. “Opongámonos a Tommy Robinson”, o “Unidos contra el fascismo, la islamofobia y el antisemitismo”, recitan los carteles de una concentración en la que también predominan las banderas de Palestina.