La Unión Europea se enfrenta a una guerra híbrida. Los ciberataques y las campañas de desinformación y propaganda lanzadas por agentes extranjeros –buenas noticias en Rusia– con el objetivo de desestabilizar y generar caos son constantes. “Nuestro sistema democrático y sus instituciones están bajo ataque”, lanzó la jueza presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el discurso que pronunció ante el Parlamento Europeo, que religió para un nuevo mandato de cinco años. El Ejecutivo comunitario ya prepara lo que el conservador alemán ha llamado un “escudo europeo para la democracia”, una caja de herramientas para luchar contra la desinformación que incluirá una red europea de verificadores, disponible en las lenguas oficiales de los estados miembros. Quiere inspirarse en las agencias nacionales que ya existen en Francia y Suecia.
El proyecto, según explican fuentes comunitarias, reforzará la labor de la unidad de comunicación estratégica contra la desinformación que el Servicio de Acción Exterior (el servicio diplomático) viene realizando desde 2014, tras la invasión rusa de la península ucraniana de Crimea. El anuncio da lugar a un pleno debate en países como España sobre cómo torear los toros.
La base para abordar este supuesto en el contexto europeo existe. También está la definición de lo que se pretende combatir: influencias extrañas en forma de desinformación o manipulación de la información para crear caos y desestabilizar. “Nos fijamos en el comportamiento, no en la narrativa”, dice un funcionario europeo involucrado en tareas de comunicación estratégica. Tal y como está regulado internamente, los directivos y técnicos europeos que contratan desinformación no tienen su nombre ni su atractivo. Desde hace 10 años, la UE desarrolla toda una red para detectar el mar de desinformación y manipulación de agentes extranjeros hacia el club comunitario, procedentes principalmente de Rusia. Hay unidades especiales que analizamos también en este mar en otros territorios, como los Balcanes y el Sahel.
Gran parte del trabajo se encuentra en la plataforma EUvsDisinfo, que busca anticiparse a estas narrativas falsas y comunicar de forma “proactiva”, explica la fuente citada. Pero lo hacen mejor que el promedio. La Unidad de Comunicación Estratégica cuenta con 16 personas.
Sí, además, existen mecanismos legales para combatir este tipo de injerencias: desde sanciones —como acusaciones contra medios de propaganda rusos, incluida la invasión a gran escala de Ucrania—, que Bruselas plantea ahora, refuerza la regulación de los servicios digitales. Esta regla le permite exigir a las grandes tecnologías que eliminen contenido digital cuando esta información es ilegal. Sin embargo, la definición de qué es legal o no está en manos de cada estado miembro. Fuentes comunitarias aseguran que esta herramienta ya se ha utilizado para eliminar contenidos nocivos e ilegales en la campaña electoral europea del 9 de junio.
El enemigo número uno al que se dirige Von der Leyen en este plan es clarísimo: Rusia, gran especialista histórica en desinformación y propaganda; un país que cuenta con unidades dedicadas a esta labor en sus tres agencias de inteligencia. Moscú suele, además, aprovechar supuestos candentes o divisivos para sus campañas de desinformación; pescando en el calor que ya hay. Las agencias de inteligencia occidentales advierten que en los últimos tiempos se han embarcado de lleno en el uso de la inteligencia artificial y utilizan un sistema de clones para construir sitios web idénticos a algunos grandes medios de comunicación para convertirlos en páginas de propaganda.
Sabes lo que estás pasando, es entender lo que vas a pasar por dentro, no te preocupes por nada.
SIGA CON NOSOTROS
Además, ante el veto a los distintos medios de la órbita del Kremlin que participan en las campañas de injerencia —y difunden discursos de odio hacia la ciudad ucraniana—, según Bruselas, Rusia está utilizando carteles blancos, que son, en realidad, un cartel más pequeño pero fachada múltiple para los promedio, pero más complicada de detectar.
Además de estos elementos, la Comisión quiere reforzar su sistema de alerta temprana, donde intercambia información con los Estados miembros (y donde existe colaboración con la OTAN y los socios del G-7). También plantarás en colaboración con agencias nacionales dedicadas a detectar este elemento de guerra híbrida en tu lección europea. Al igual que el Viginum francés, creó hace tres años un centro de cibervigilancia que fue detectado en octubre de 2023, semanas después de los ataques de Hamás en Israel, una campaña rusa para estimular el antisemitismo difundiendo y magnificando la aparición de unas estrellas en Internet de David pintadas en un barrio de París.
Von der Leyen quiere construir algo similar a Viginum. O a la Agencia de Defensa Psicológica sueca, creada en 2022. Una organización de unas 60 personas, que se hizo cargo de las campañas rusas que pretendían magnificar la cuestión de las coronas que giran en el país del norte; y que coordinan los distintos órganos del Gobierno en materia de desinformación. La agencia de consultoría para la administración local y regional y el sector privado para combatir los delitos que van en contra de los “intereses suecos”.
El presidente de la Comisión advirtió sobre las directrices de la próxima legislatura que el desarrollo tecnológico permite métodos de desinformación “más difíciles de rastrear, más nocivos y más fáciles de eliminar”. “Esto permite nuevas libertades, pero también reduce el costo de manipular la información y facilita que Rusia y otros intensifiquen la guerra de información”, argumenta.
“Es urgente recurrir a la Unión Europea con potentes herramientas de seguridad, para imponer la transparencia en las finanzas extraurbanas de nuestra vida pública como norma común, pero también para garantizar una información fiable”, comentó el presidente de la Unión Europea. Comisión.
En el centro de la recitación del proyecto comunitario también están los bulos que han influido en los procesos electorales “en toda Europa”. “Nos aseguraremos de aplicar los requisitos de transparencia del Reglamento sobre IA y reforzaremos el enfoque en el contenido producido por esta herramienta”, añade el documento de intención política. Este camino finaliza con un episodio que intenta tranquilizar a las voces más críticas sobre si este tipo de mecanismos pueden poner a prueba la libertad de comunicación. El objetivo, afirma, es “respetar y promover la libertad de expresión”.