El ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, anunció este sábado en la televisión pública la detención de dos ciudadanos españoles, acusados de tener vínculos con el CNI, el servicio de inteligencia español, que tenían la intención de comprar armas y cometer asesinatos, siempre según la relación entre el número dos del régimen venezolano y el representante del sector más duro. Fuentes de Moncloa han negado que los detenidos sean agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), como aseguró Cabello, pero no han confirmado que si sean ciudadanos españoles, algo que el Ministerio de Asuntos Exteriores está intentando comprobar.
En un discurso muy confuso, el ministro informó, de forma desorganizada y difícil de seguir, que parecen ser tres tramas distintas, aunque no la diferencia ni la concreta, no se sabe cuando una llena y la otra termina. “Fueron detenidos por ciudadanos españoles en Puerto Ayacucho. José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme, cerca del aeropuerto de Puerto Ayacucho, en situación irregular, mientras miran las fotos. Nos reunimos en nuestros celulares con una señora llamada María Teresa Clavijo, de Aragua, gerente de Vente Venezuela, vinculada al mal llamado comandos [grupos de voluntarios de la oposición encabeza por María Corina Machado, la líder antichavista]. Jorman Enrique Varillas y Jhexica Isabel APonte Figueras [dos nombres más que apuntó Cabello sin aportar mayores detalles]. Ella participó en la violencia, hay una foto de ella, encapsulada, incluida, en una manifestación. Los españoles preguntan por teléfono dónde comprar explosivos, contactan si quieren hacer algún trabajo especial. Y en su teléfono en comunicación planea el culo de una alcaldesa de Upata, una alcaldesa revolucionaria”, contactó a Cabello. La televisión mostró a los dos presos mientras el ministro hablaba. “Estados Unidos no está iniciando esta operación”, añadió, vinculando al país con este golpe de Estado anterior.
En Madrid, fuentes oficiales del Ministerio español de Asuntos Exteriores explicaron que “la Embajada española [en Caracas] envió una nota verbal al Gobierno de Venezuela solicitando acceso a los detenidos, con el objetivo de verificar sus identidades y nacionalidad y, de ser verificadas, saber exactamente cuál es la acusación y que puedan recibir toda la asistencia necesaria. La Embajada estará visible en todo momento para la protección y los derechos de cualquier español retenido en Venezuela”, se han sumado, informa Miguel González.
Cabello, sin mostrar pruebas, también acusó a la oposición de tener más armas en Venezuela: “Entraron a Estados Unidos 400 fusiles y armas de fuego, atados a la oposición. Es sólo una exhibición de recuperación, captura en operaciones de inteligencia. Intentarán ingresar por la ruta habitual. El Gobierno de Venezuela garantiza la paz. No hay motivo de alarma. Estamos haciendo lo necesario para mantener la paz”, continuó su recorrido de prensa, guiado por los brazos abiertos.
Las relaciones entre España y Venezuela atraviesan un momento de tensión, que lleva una semana de negociaciones y se acuerda que el candidato presidencial que parece con más posibilidades de ganar las elecciones del chavismo, Edmundo González, se exiliará a Madrid. El Gobierno español ha asegurado que esto es considerado por su adversario como una persecución política, hasta el punto de que la cobertura es como cualquier otra que hubiera solicitado. Maduro, sin embargo, se aseguró de emprender una operación política realizada bajo su supervisión. González se reunió en Madrid con el presidente Pedro Sánchez. Además, el Congreso español votó por mayoría a favor de declararles ganador, pero el Gobierno ha dicho que no lo va a hacer y que va en línea con la política de la Unión Europea, que insiste en que el chavismo muestre las actas. es donde se refleja el verdadero resultado de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio. A Maduro y sus hombres se les ha negado enseñar algo públicamente.
Ante el recurso en el Congreso para reclamar al Gobierno de Pedro Sánchez el reconocimiento de González ―que no es vinculante―; Otro de los pesos pesados del chavismo, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea de Venezuela, pero sobre todo operador político número uno de Maduro, ha planteado en Caracas un enigma en las relaciones comerciales y diplomáticas con España. Las cosas se calmaron en los días siguientes, pero unas declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, al tiempo que calificaba de dictadura la forma de gobernar del chavismo, provocaron que el canciller llamara a su diplomático en Madrid y le enviara una llamada. El embajador de España en Caracas, Ramón Santos. Santos e Yván Gil parecen haber entendido, pues en las siguientes horas no hicieron declaraciones de alto calibre. Incluyendo, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, hermana de Jorge y también máxima representante de la cúpula chavista, se reunió con el director de Repsol en Venezuela. Este anuncio de la detención de dos presuntos espías españoles -el extremo que desmiente el Gobierno de Sánchez- abre un nuevo capítulo de discordia.
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