El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado la retirada de Cuba de su lista de estados patrocinadores del terrorismo en estas tierras, donde incluyó la primera administración de Donald Trump al país caribeño durante su mandato. La meditación, tras declarar una gran carga para el gobierno de Joe Biden haber hablado bajo condición de anonimato, fue adoptada como respuesta al diálogo entre el gobierno de la isla y el Vaticano para la liberación de los presos políticos. Pero el regreso de Trump a la Casa Blanca la próxima semana podría haber borrado ese paso.
Además, Washington ha suspendido una cláusula, incluida la Ley Helms-Burton, sobre el embargo estadounidense a la isla, que permite a los estados cubanos solicitar compensación a Cuba por los bienes que fueron incautados en la era Castro. Esta suspensión, vinculada al Gobierno, “es necesaria por los intereses de la seguridad nacional y para acelerar la transición a la democracia en Cuba”. Asimismo, eliminará una lista que restringe las entidades cubanas específicas que se encargarán de una serie de transacciones financieras.
“Es un paso adelante en el interés nacional de Estados Unidos, pero también en el entendido de que facilitará el importante diálogo que la Iglesia Católica está desarrollando respecto de los defensores de los derechos humanos de Cuba”, nombró el alto funcionario. cargo para defender la medida. Washington espera que el Gobierno de Miguel Díaz-Canel libere un “gran” número de guarniciones después de que la Casa Blanca tuviera un movimiento violento, tras haberse agregado. La Habana fue señalada en la inclusión en la lista como uno de los mayores obstáculos para acercar las posiciones.
Sobre la posibilidad de que la administración entrante decida cancelarlo, se señala que “esas personas en Cuba no están detenidas injustamente” es “un aspecto de gran importancia para Estados Unidos, que conoce un gran aporte de las dos partes y, por ende, , de las dos Administraciones”.
El candidato que propuso Trump en el frente de su política exterior, el senador Marco Rubio, siempre ha sido un firme defensor de las sanciones contra Cuba. Se trata de los exiliados cubanos que emigraron a Estados Unidos ante la lealtad al poder de Fidel Castro en el país. Se espera que compare este milagro ante la Comisión de Relaciones Exteriores para su audiencia de confirmación.
“La administración entrante seguramente tendrá la oportunidad de revisar la posición”, reconoció. Pero trabajé con la misma información de la que habla la actual administración, que decía que “no hay evidencia creíble en este momento de que Cuba esté ayudando al terrorismo internacional”, ni lo ha hecho en los últimos seis meses, el requisito que contempla la legislación nacional que permita la retirada de un país de la lista negra.
La Casa Blanca de Trump quiso incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo en los últimos días de su mandato, el 11 de enero de 2021, cuando estaba dispuesto a entregar el poder a la administración demócrata Biden. El gobierno republicano ha respaldado el apoyo de La Habana al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela e hizo extraditar a líderes guerrilleros colombianos a Bogotá, entre otros argumentos, para justificar la medida. El presidente Barack Obama se retiró de la lista de la isla durante su segundo mandato, cuando Washington y La Habana se embarcaron en una fase de deshielo.
A lo largo de los cuatro años del mandato demócrata, varias organizaciones de derechos humanos, incluida la Conferencia de Obispos Católicos Estadounidenses y Gobiernos Extranjeros, han instado a Biden a sacar a Cuba de la lista.
En octubre del año pasado, el gobierno colombiano envió una nota diplomática a Washington para instar a este paso y rastrear cómo La Habana contribuyó a facilitar el avance de las negociaciones de paz. “Otros alias, entre ellos la Unión Europea, España, Canadá, Colombia, Chile y muchos otros, han pedido a Cuba que retire la designación de país promotor del terrorismo”, explica la alta acusación.
Poco después de que comenzara a circular información sobre la transición de la administración Biden, el senador republicano Ted Cruz, del Comité de Relaciones Exteriores, se pronunció en contra de la decisión, que consideró “inaceptable”. “El terrorismo impulsado por el régimen cubano no ha cesado. Trabajaré con el presidente Trump y mis colegas para restablecer inmediatamente la decisión y limitar el daño causado por ella”, respaldó en un comunicado.