Lo que muestra la investigación
Un equipo de investigación analizó datos de casi un millón de mujeres en los registros médicos nacionales suecos de 2001 a 2017, comparando 86.551 mujeres que padecían depresión perinatal con 865.510 mujeres que no la padecían. Los grupos fueron emparejados por edad y año de nacimiento.
En dos estudios, el equipo encontró que la depresión que comienza durante o poco después del embarazo puede tener implicaciones preocupantes hasta los 18 años.
Un estudio, publicado el martes en JAMA Network Open, encontró que las mujeres con depresión perinatal tenían tres veces más riesgo de conducta suicida, definida como intento de suicidio o suicidio consumado. Los riesgos fueron mayores en el año posterior al diagnóstico, pero, aunque disminuyeron con el tiempo, años después los riesgos seguían siendo dos veces mayores que en las mujeres sin la enfermedad.
El otro estudio, publicado el miércoles en BMJ, encontró que las mujeres con depresión perinatal tenían seis veces más probabilidades de morir por suicidio que aquellas sin ese diagnóstico. El número de suicidios fue pequeño, pero representó una gran proporción de las muertes de mujeres diagnosticadas con depresión perinatal: 149 de las 522 muertes en ese grupo, o el 28,5%. Para las mujeres sin depresión perinatal, hubo 117 suicidios de 1.568 muertes, o el 7,5%.
El suicidio fue una de las principales razones por las que las mujeres con depresión perinatal tenían el doble de probabilidades de morir por cualquier causa durante el período de 18 años del estudio que las mujeres sin el trastorno.
Los investigadores también compararon a más de 20.000 mujeres con depresión perinatal con sus hermanas biológicas que dieron a luz aproximadamente al mismo tiempo y no padecían el trastorno. El riesgo de comportamiento suicida para las hermanas con depresión perinatal era casi tres veces mayor que el de sus hermanas no diagnosticadas, casi igual a la diferencia entre las mujeres con la enfermedad y aquellas con las que no estaban relacionadas. Esto sugiere que la depresión juega un papel más importante en estos resultados que la genética o el entorno infantil, escribieron los investigadores.
Detrás de los números
La edad promedio a la que las mujeres experimentaron depresión perinatal fue de 31 años. Eran más propensos que aquellos sin la enfermedad a vivir solos, tener ingresos más bajos y una educación menos formal, haber fumado recientemente y no haber dado a luz antes, entre otras características, informaron los investigadores.
También tenían más probabilidades de haber tenido trastornos psiquiátricos previos o conductas suicidas. Pero los estudios encontraron que, independientemente de si las mujeres tenían otros problemas de salud mental, la depresión perinatal aumentaba el riesgo de conducta suicida y muerte. Esto sugiere que la depresión relacionada con el embarazo puede ser diferente y más grave que otros trastornos de salud mental.
“Esto resalta la necesidad urgente de un seguimiento clínico estrecho y una intervención oportuna para esta población vulnerable para prevenir resultados tan devastadores, independientemente de los antecedentes de trastornos psiquiátricos antes del embarazo”, concluyó el estudio de JAMA Open Network.
Puede haber diferencias en la experiencia de las mujeres que desarrollan depresión durante el embarazo (poco más de la mitad de las del estudio) y aquellas con depresión posparto que surge dentro del año posterior al parto. Los investigadores encontraron que las mujeres con depresión posparto tenían un mayor riesgo de conducta suicida y muerte, pero no estaba claro por qué.
Los datos no indicaron que las complicaciones del embarazo o el peso al nacer o la edad gestacional del bebé influyeran en la conducta suicida de la madre.
Más para aprender
La depresión perinatal, que se estima que afecta entre el 10% y el 20% de las mujeres durante o poco después del embarazo, sigue siendo poco estudiada, poco tratada y probablemente infradiagnosticada. Algunos informes han sugerido que el trastorno se ha vuelto aún más común durante la pandemia de coronavirus debido al aislamiento social y al acceso reducido a la atención.
Aunque nuevos estudios arrojan luz sobre los efectos de la depresión perinatal, quedan muchas preguntas. Por ejemplo, los investigadores dijeron que no podían capturar factores como la violencia doméstica o el consumo de alcohol. Y es posible que los estudios no sean representativos de las experiencias de otros países, ya que, por ejemplo, la mayoría de las mujeres en los registros suecos eran blancas y Suecia es relativamente rica en atención médica universal.
El papel del tratamiento y la terapia aún no está del todo claro. Los estudios clasificaron a las mujeres como con depresión perinatal si los médicos les dieron ese diagnóstico o si les recetaron antidepresivos durante el embarazo o un año después, indicando que habían recibido algún tratamiento. Para quienes no cuentan con tratamiento o terapia, las consecuencias podrían amplificarse.
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