Sólo dos sonidos interrumpen el silencio en el desierto de Burj Rahaal, en la zona de Tiro, donde se produjeron 90 de las 492 muertes de la víspera: las sirenas de las ambulancias (que transportan a los herederos en dirección norte) y la cadencia rítmica de las bombas, en serie de sei. Es la nueva ola de bombardeos, en la Edad Media sobre estas tierras, la que ha sumado décadas de víctimas mortales a la masacre de la víspera y suma ya al menos 569, más de 1.835 herederos. “En la última hora, aviones de combate han bombardeado objetivos de Hezbolá en el sur del Líbano, incluidos lanzadores de misiles, edificios militares e instalaciones de armas”, indicó un portavoz del ejército israelí. Entre los muertos hay 94 mujeres y 50 niños, más del doble (22) de los que perdieron la vida en los 11 meses anteriores de combates entre Israel y Hezbolá.
La milicia libanesa, por su parte, ha disparado más de 300 efectivos a lo largo de la costa de este martes contra el norte de Israel, en lo que supone un récord desde el inicio de la contienda. Esa ofensiva hecho sonar las sirenas en ciudades israelíes como Haifa, Safed, Nazaret y Yokne’am, así como en toda Galilea. Tres drones también sobrevolaron el sur de Haifa. Las autoridades consideran que se trata de la incursión de este tipo que ha penetrado en territorio israelí más que ninguna otra.
Algunos de estos proyectiles tuvieron un impacto interminable y fueron interceptados por las defensas antiaéreas israelíes en zonas que no habían sido alcanzadas durante más de 11 meses de conflicto. Dos agentes reconocieron en la Edad Media los restos de un miserable que habían tenido sin causar víctimas en la parte posterior de la vida de Tamra, en una localidad de población árabe en las afueras de Haifa, en el noreste de Israel y en una vía de kilómetros en línea recta territorio libanés. Mientras los agentes cargan el enorme metal en una furgoneta, el cielo se llena de disparos de humor blanco y explosiones del sistema de defensa para interceptar nuevos lanzamientos. Es algo que se puede observar fácilmente y que varía todos los días en todo el norte del país, aparentemente sin alterar la norma. Sin embargo, la presidencia de Hezbolá en los últimos días ha obligado a suspender las clases escolares en una parte importante del norte de Israel.
En el Líbano, la milicia que ha perdido varias figuras clave en los últimos días, empezando por el hackeo masivo de sus comunicaciones y la pérdida de sus investigaciones y walkie talkiedetonado remotamente, como era de esperar por el Mosad. La última vez, este martes, lo hizo Ibrahim Qubaisi, jefe de la unidad de cohetes y misiles y uno de los principales líderes militares de la organización, según Israel. Hezbolá no ha confirmado que haya llevado a cabo el ataque, que dejó seis muertos en Dahiye, el feudo del partido-milicia en el sur de Beirut.
Esto ocurrió en el tercer bombardeo en los últimos cuatro días que la fuerza aérea israelí lanzó sobre Dahiye, feudo de Hezbolá, al sur de Beirut. Después de intentar asesinar el lunes al Ali Karaki, un alto mando cuya milicia asegura che subrevivió e está a salva, Israel lanzó este mediodía otro ataque localizado contra Qubaisi, en un edificio de cinco plantas que quedó calcinado. Incluso en Saida, a 45 kilómetros de la capital, se pueden ver bombardeos.
“La situación es catastrófica”, con décadas de herederos también en estado crítico, afirmó el ministro de Sanidad, Firas Abiad, en una entrevista con la televisión libanesa MTV. “Pasamos a una pregunta previa”.
Sabes lo que estás pasando, es entender lo que vas a pasar por dentro, no te preocupes por nada.
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En la carretera costera, entre Beirut y Tiro, continúan los enormes movimientos de kilómetros de personas, con enormes ataques de quienes, que iniciaron su desplazamiento un día antes, esperaban pensar erróneamente que este martes sería más fácil. También es posible ver soldados controlando el paso, ambulancias intentando circular entre los atascos y decenas de ataúdes abandonados en los arcos. Algunos se consumen sin combustible, porque sólo hay tres tipos de repartidores: los vacíos, los que informan con un precario cartel pegado a los surtidores que les quedan reservas y los que tienen colas para devolver a los que entran en el vagón recto. de la autopista.
Los colchones atados a la cabeza, los camiones con familias enteras o con ganado (vacas, ovejas…) y los desplazados caminando por un lado, junto a los coches, se han convertido en la nueva normalidad de la carretera entre el sur y el capital, o en el desvío hacia el interior. 87 escuelas han sido habilitadas para recibir a personas, que en la mayoría de los casos son las más familiares y conocidas, según sus testimonios. El Ministerio de Educación anunció el martes que no habrá clases en escuelas y universidades al menos hasta esta semana.
Desde Israel, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lanzó un nuevo mensaje a la población libanesa: “Nuestra guerra no es contra nosotros. Nuestra guerra es contra Hezbolá. [Su líder, Hasan] Nasralá lo está llevando al borde del abismo. Ayer les dije que evacuaron las casas donde había un misil en el cuarto de estar y un cohete en el garaje. Quien tenga una miseria en el dormitorio y un compañero en el garaje ya no tendrá hogar”, informó durante una visita a una base de los servicios de inteligencia militar, quien se mostró “impresionado por el trabajo que ha realizado y no menos impresionado por lo que va a hacer.”
En este contexto bélico, Israel no descartó una invasión terrestre del Líbano. De hecho, ha habido “golpes adicionales preparados” contra Hezbolá, afirmó el ministro de Defensa, Yoav Gallant, durante un simulacro de esa incursión para la que contaron con decenas de miles de efectos de varias divisiones, algunas de ellas de Gaza. El ministro apeló a la experiencia adquirida en los últimos meses por aquellos militares en Franja Palestina. “Cualquier fuerza de Hezbolá que se encuentre con la tuya será destruida, te preocupa la experiencia que has adquirido en combate”, dice el animador, según información Tiempos de Israel.
Mientras continúan los bombardeos, continúan las cancelaciones de rutas aéreas desde Beirut y, en menor tiempo, desde Tel Aviv. Lo han anunciado Air France-KLM, Air Algerie y Air Arabia, entre otras. Algunas empresas los suspenden hasta fin de mes o hasta octubre; otras, hasta nuevo aviso. El jefe de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo a los estadistas del Líbano -que habían tenido que abandonar el país inmediatamente- que lo hicieran ahora mientras puedan. “Nos aseguramos de que hoy haya espacios comerciales para que Estados Unidos se vaya, y tenemos que hacerlo ahora mientras esas opciones estén disponibles”, dijo en una entrevista televisiva. España, con más de un millar de nacionales, el ejército de soldados de la Finul (Fuerza Interina de Naciones Unidas para el Líbano), también está preparando una evacuación de civiles, porque “las circunstancias lo requieren”, según el Ministerio de Exteriores.